
La compañía de Texas All Star Metals pagó por la nave al Ministerio de Defensa un centavo, teniendo en cuenta el costo esperado de su transporte a un vertedero.
Cuando fue bajado al agua en 1954, Forrestal era el barco más grande de la Armada de EEUU y fue considerado un milagro de la tecnología en EEUU. Su construcción costó al erario unos doscientos diecisiete millones de dólares, cerca de dos mil millones de dólares en dinero actual.