Dos senadores estadounidenses intentan divulgar un documento de 28 páginas sobre la posible complicidad de los saudíes en los ataques del 11 de septiembre de 2001.
"Las relaciones entre Arabia Saudita y Estados Unidos cayeron a su nivel más bajo. Al primero no le gustan los pasos dados por Obama hacia Irán ni la política blanda de Washington en relación a Siria. Los líderes criticaron abiertamente a la Casa Blanca por su 'debilidad'. Otra de las razones de la insatisfacción puede hallarse en otro frente: una posible complicidad de los saudíes en los ataques del 11 de septiembre de 2001", escribe el periodista Guido Olimpio en el diario 'Corriere della Sera'.
"Dos senadores, el republicano Walter Jones y el demócrata Stephen Lynch, quieren que se publiquen 28 páginas clasificadas de un informe sobre el ataque de Al Qaeda contra Estados Unidos", informa el diario italiano.
Se trata de una parte del documento clasificado por el presidente George W. Bush para no comprometer la relación con un aliado y socio comercial importante. Los miembros el Congreso ya presentaron una resolución para obligar a Obama a romper el silencio.
En el pasado ya apareció información confirmada por la CIA acerca de la relación de las autoridades saudíes con algunos atacantes suicidas. En particular, se trata del príncipe Bandar, en ese momento embajador en Washington, y en la actualidad jefe de inteligencia, que destinó 130.000 dólares a Osama Bassnan, agente saudí que prestó asistencia a los dos secuestradores de aviones en California. Los terroristas también habrían recibido otros fondos de los saudíes.
Además, el funcionario Saleh Hussayen vivía en el mismo hotel de Dulles que los terroristas que cometieron el ataque contra el Pentágono.
"Ya veremos si la batalla de los senadores apoyada por familiares de víctimas de los terroristas tendrá éxito", concluye Guido Olimpio.
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