El pasado 13 de diciembre, Forum Libertas informaba del incremento del interés por la persecución de los cristianos en el mundo. De un lado se refería a la detención por la policía india del arzobispo católico de Nueva Delhi, de unos obispos protestantes y anglicanos, y de líderes católicos laicos por participar en una marcha pacífica en protesta por la discriminación de la casta de los dalits (los de menor rango en sistema de castas). Es decir, por manifestarse a favor de los pobres, los oprimidos, los desechados. De otro lado, en la información se anunciaban unos congresos en que persecución o discriminación anticristiana iba a ser tratada.
Que la persecución de los cristianos esté cada vez más en los foros, en los medios de comunicación, me causa satisfacción. Ojalá sea así si es síntoma de que amplias capas de la sociedad y miembros de las instituciones van tomando conciencia de la gravedad de la situación. Hace sólo unos meses publiqué el libro Cristianos, entre la persecución y el mobbing, lo que permite deducir mi interés por este asunto y el seguimiento intenso que realizo. Pero con sinceridad debo decir que a pesar de haber hecho llegar el libro a un gran número de medios de comunicación, junto a informaciones y notas de prensa, la inmensa mayoría de ellos no le prestaron la menor atención. No es petulancia, ni deseo de vender libros, ni que ello me reporte beneficios personales porque lo que pudiera obtenerse va destinado a Ayuda a la Iglesia Necesitada, pero pensaba contribuir a que los hechos se conocieran, lo que es un paso sustancial para que se pueda intentar poner remedio. La mayoría de medios (no obviamente Fórum Libertas) brindaron al libro el más sonoro de los silencios. Para unos el tema no interesaba, por parte de otros el silencio era militante, voluntad de marginar, que no se conozca.
La ligera apertura en algunos medios de comunicación es sustancial. Un periódico como La Vanguardia dedicaba uno de sus editoriales del 8 de diciembre pasado al asunto y lo titulaba “Cristianos en peligro”, en referencia a Siria y otros países de la zona. Es un hecho que las agresiones en unos casos y discriminaciones en otros contra los cristianos no cesan. En el Medio Oriente, precisamente la cuna del cristianismo, existe el peligro de que en muy pocos años casi no queden cristianos. Son sistemáticas la discriminación o las agresiones en algunos países musulmanes, el yihadismo ha multiplicado los problemas, y en la guerra de Siria a la brutalidad general de un conflicto civil se suma en algunos casos la específica contra cristianos. En países como Pakistán no faltan amenazas de muerte, persecuciones brutales y marginación. En África pretenden expandir el Islam en base a violencia contra los demás, en especial los cristianos.
Tampoco Occidente se libra. Hace pocos días, en un congreso celebrado en Roma se daba a conocer que en la Unión Europa hay más de cuarenta leyes que discriminan a los cristianos. En sentido estricto no puede hablarse aquí de persecución, pero sí de discriminación o asedio.
Los indicios de que algunos medios informativos de Occidente vayan tomando conciencia de la situación son positivos, pero no hay que bajar la guardia y continuar recordando que persiste el silencio de la mayoría de aquéllos. Y que es un silencio culpable, porque no pocas veces les llega información… que va directa a la papelera, mientras airean injusticias mucho menores.