El Gobierno surusudanés ha enviado un nuevo contingente a la ciudad de Bor para arrebatársela a los militares sublevados desde el pasado lunes. La ciudad es estratégica puesto que permite controlar los campos petroleros, principal riqueza del país.
"El Gobierno debe restablecer su soberanía y enviar tropas a fin de expulsar a estos renegados del centro de la ciudad (...). En estos momentos están siendo expulsados de la ciudad", ha afirmado el ministro de Asuntos Exteriores, Barnaba Marial Benjamin.
Precisamente en Bor habría sido avistado el exvicepresidente Riek Machar, a quien el Gobierno responsabiliza del actual alzamiento que intenta sofocar, según ha informado Benjamin.
"Riek logró escapar utilizando un barco para llegar por el Nilo a su poblado, Ado, e ir después a Bentiu (capital de la provincia de Unity) la noche antes de que atacara las instituciones gubernamentales", ha explicado Benjamin.
El Ejército sursudanés reconoció el pasado miércoles haber perdido el control de Bor, en el estado de Jonglei, norte, y al día siguiente la ONU informó de que los trabajadores de la industria petrolera se refugiaron en las bases del contingente de 'cascos azules' desplegado en la vecina región de Unity.
El conflicto amenaza con sumir al joven país, escindido de Sudán en 2011, en un conflicto étnico entre los dinkas del presidente Salva Kiir y los nuer del exvicepresidente Machar. El propio Machar, destituido de sus cargos en julio, ha reconocido que comanda las tropas sublevadas, pero ha desmentido que intentara dar un golpe de Estado.