Turquía se ha convertido en un paradero para centenares de terroristas procedentes de varios países europeos, que se unen a los grupos armados que luchan contra el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad.
Los terroristas extranjeros, entre ellos varios procedentes de España y el norte de
África, se albergan en casas francas en el sur de Turquía parar trasladarse posteriormente a Siria, a fin de luchar contra el Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, ha informado este sábado la cadena británica BBC. En los últimos meses, más de 150 extranjeros han pasado por las viviendas francas situadas en la localidad turca de Reyahnli, en la provincia fronteriza de Hatay, reconoció un encargado de una de las casas, para luego precisar que de los extranjeros que pasaron por ella, “entre 15 y 20 eran británicos”. “Todo está concertado mediante invitaciones de amigos”.
Asimismo, detalló que estos hombres armados permanecen en la casa franca durante un día o dos antes de entrar en Siria y también vuelven a estos refugios cuando esperan los vuelos de vuelta a sus países de origen.
En este sentido, un terrorista francés, que ha viajado a esta zona para unirse a las filas de los grupos armados que operan en Siria, indicó que “hay miles de nosotros, literalmente de todos los rincones del mundo”.
“Y todos somos Al-Qaeda”, señaló este terrorista, que se ha unido al grupo 'Estado Islámico de Irak y del Levante' (ISIL, por sus siglas en inglés), vinculado a Al-Qaeda.
La comunidad internacional ve con preocupación el creciente número de terroristas extranjeros que viaja a Siria. El máximo responsable de la lucha antiterrorista de la Unión Europea (UE), Gilles de Kerchove, advirtió el jueves que el aumento de paramilitares extranjeros en Siria constituye la “mayor amenaza a la seguridad”.
El pasado mes de septiembre, el Ministerio sirio de Justicia aseguró que terroristas de 83 países del mundo luchan contra el pueblo y fuerzas de seguridad del país árabe.
Siria, desde mediados de marzo de 2011, sufre la injerencia de algunos países occidentales y regionales, que a través de brindar apoyo financiero y armamentístico, pretenden propiciar el terreno para presionar al Gobierno de Damasco, a fin de derrocarlo.