1:3Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir.
1:5Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla.
1:6Vino un hombre llamado Juan. Dios lo envió1:7como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyeran.
1:8Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz.
1:9Esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo.
1:10El que era la luz ya estaba en el mundo, y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció.
1:11Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron.
1:12Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.
1:13Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de Dios.
1:14Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
1:15Juan dio testimonio de él, y a voz en cuello proclamó: «Éste es aquel de quien yo decía: “El que viene después de mí es superior a mí, porque existía antes que yo.” »
1:16De su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia,1:17pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.
1:18A Dios nadie lo ha visto nunca; el Hijo unigénito, que es Dios y que vive en unión íntima con el Padre, nos lo ha dado a conocer.