Satanás

La Biblia es muy concreta con respecto a este personaje. A lo largo y a lo ancho de la escritura Satanás es presentado como un ser creado por Dios,
desechado de su presencia por rebelde y lleno en su corazón de orgullo, soberbia y altivez. Su propósito es destruir y devastar lo creado por Dios.

Satanás es una palabra que tomada del griego significa adversario, en grado superlativo, en nuestro caso, adversario de Dios y de su pueblo, la iglesia. Varios nombres se le dan en la Biblia que denotan su naturaleza baja y mentirosa, entre ellos:
Dragón y serpiente antigua (Ap 12), ladrón (Juan 10:10), demonio, diablo, lucifer y príncipe de la tinieblas son algunos calificativos que se le dan en el Nuevo Testamento. Para denotar su influencia sobre este mundo que se le denominó el príncipe de este mundo. El es el instigador y orientador de toda fortaleza maléfica que atenta contra los hombres. Ya hemos dicho que él no es omnisciente, ni todopoderoso, su afán principal es controlar este mundo, recibir adoración de todas las criaturas y tener la preeminencia en todo lugar de señorío.
Su pretensión mayor es ser exaltado como Dios y que los hombres y las naciones se inclinen ante él. Para su obra hay un antídoto que es la sangre de Cristo, su palabra bendita y su nombre que es sobre todo nombre.