Latinoamérica se está recuperando de la crisis internacional con signos de fuerza económica, mientras que los países desarrollados están estancados y los asiáticos empiezan a mostrar agotamiento de su potencial, según un informe anual sobre competitividad publicado en el marco del Foro Económico Mundial que se celebra en la localidad suiza de Davos.
Así, según el documento, la década que viene podría ser “la década de Latinoamérica” y convertir a la región en la más dinámica y competitiva del mundo.
Pero para ello hay que hacer frente a varios desafíos. Por lo pronto, en términos de competitividad mundial, América Latina sigue rezagada. Chile es el primer país que se asoma en la lista, en el puesto 31º. Los dos primeros puestos están ocupados, respectivamente, por Suiza y Singapur.
No obstante, los países latinoamericanos registran destacados progresos. El informe, por ejemplo, alaba la capacidad de innovación del Brasil; el sistema financiero y las facilidades para la creación de empresas en México; el control del déficit público y los precios en el Perú o la estabilidad que proporciona Chile para las inversiones de capital de riesgo.
En general, los expertos consultados para este informe consideran loable la estabilidad macroeconómica de la región y el crecimiento y potencial de su mercado interior. Además, el interés de China por las materias primas latinoamericanas está contribuyendo a reducir la excesiva dependencia de la región hacia Estados Unidos, un punto que se valora muy positivamente.
Frente a estos aspectos positivos, los expertos también señalan una serie de retos pendientes que deben afrontarse para elevar el dinamismo de América Latina, destacando la falta de seguridad y la violencia (especialmente en Centroamérica).
Otros factores que precisan mejorar son el sistema institucional, la inversión en educación –con el fin de impulsar la innovación- y el desarrollo de las infraestructuras, así como los bajos niveles de productividad de los trabajadores.