Un edificio donde residían 13 miembros de una familia de palestinos fue destruido por las autoridades israelíes esta semana.
Una pila de escombros y metal retorcido es todo lo que queda de lo que hasta hace unos días era la casa de Badwan al Salaymeh, un palestino que vivía junto con otros 12 miembros de su familia en un edificio que esta semana fue demolido por las autoridades israelíes.
El pasado miércoles, unos 100 policías israelíes junto a los operarios de dos excavadoras llegaron al barrio de Beit Hanina, en Jerusalén Oriental. Buscaban la casa de Badwan y una vez que la hallaron los agentes mandaron rápidamente demoler el edificio. Todo frente a la atónita mirada de los vecinos.
"Todo el mundo lloraba, y algunos [agentes de la Policía] se reían de nosotros", dijo Osama, el yerno de Badwan que llegó al lugar cuando no había mucho que hacer, ya que la casa había sido parcialmente demolida, según el portal Electronicintifada.
Badwan construyó esta vivienda en 2000. Un año más tarde, la municipalidad de Jerusalén le envió una notificación asegurando que la casa carecía de los permisos de construcción necesarios. La edificación era considerada ilegal.
"Cuando el tribunal es tu enemigo, no hay nada que hacer"
Después de varios intentos fallidos para obtener los permisos necesarios, que según relatan los afectados rara vez se conceden a palestinos, Badwan se vio obligado a pagar una serie de multas que en total sumaban más de 200.000 shekels (unos 54.000 dólares). "Cuando el tribunal es tu enemigo, no hay nada que hacer", afirma.
Según el movimiento Jerusalemites Campaign, que lucha por la protección de residencias de palestinos en Jerusalén, la demolición del miércoles fue la novena que se realiza en la ciudad en las últimas dos semanas. Además, se han entregado órdenes para echar abajo al menos otras 450 viviendas.
El grupo también indicó que "el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, estuvo en la zona la semana pasada, sin embargo, durante su visita no se hicieron comentarios respeto a las demoliciones en Jerusalén".
Pese a la tragedia, Badwan insiste en que reconstruirá su casa de nuevo, y en el mismo sitio.
"No se irá a ninguna parte", aseguró su yerno. "Permanecer aquí, en su tierra, es su idea de resistencia, es su intifada".
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