Un pequeño grupo de aficionados a la biotecnología ha comenzado un proyecto para desarrollar plantas luminosas que podrían sustituir a bombillas y farolas. Sin embargo, el proyecto ha generado una gran controversia, informa 'The New York Times'.
Un grupo universitario de EE.UU. ya creó hace años una planta de tabaco brillante mediante la implantación de los genes de una bacteria marina que emite luz. El objetivo era poder llegar a sustituir en el futuro a las farolas por árboles luminosos y a las bombillas por plantas fluorescentes. Sin embargo, la luz obtenida era tan tenue que podía ser percibida sólo si uno observaba a la planta durante al menos cinco minutos en una habitación oscura.
Ahora, el nuevo proyecto tratará de mejorar aquellos resultados. Según Antony Evans, su director, "esperamos tener una planta que pueda ser fácilmente percibida en la oscuridad". La idea ya ha arrancado la promesa de 4.000 donantes de aportar al estudio más de 250.000 dólares en las próximas dos semanas.
El proyecto, utiliza una forma sofisticada de ingeniería genética llamada biología sintética (cortar un gen de un organismo e insertarlo en el ADN de otro y sintetizar luego el ADN insertado, proporcionando la flexibilidad necesaria para ir más allá de los genes que se encuentran en la naturaleza) para iluminar las plantas.
Los responsables del proyecto han prometido entregar las semillas de las plantas luminiscentes obtenidas a muchos de sus 4.000 contribuyentes, "lo que supondrá la primera dispersión ambiental intencional de un organismo de biología sintética declarada en el mundo".
Sin embargo, las organizaciones ecologistas Amigos de la Tierra y el Grupo ETC, han pedido al Ministerio de Agricultura de EE.UU. que frene el proyecto, ya que "probablemente supondrá la liberación generalizada, al azar y sin control de semillas y plantas producidas mediante arriesgadas y controvertidas técnicas de biología sintética y bioingeniería".
La idea no atrae la atención solo por su audaz objetivo, sino también por la forma en que se está llevando a cabo, pues no lo realizan científicos en laboratorios, sino aficionados que abogan por promocionar el denominado movimiento 'do it yourself' (D.I.Y) o 'hazlo tú mismo'.
De hecho, uno de los objetivos del proyecto es "inspirar a otros para que creen nuevos organismos vivientes", lo que ha suscitado severas críticas por parte de sus detractores que argumentan que "el hecho de que la gente trate de crear organismos vivos en sus garajes supondría un gran peligro".
El Ministerio de Agricultura de EE.UU., por su parte, aún no se ha pronunciado.
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