Occidente llena países pobres de basura electrónica tóxica

Millones de toneladas de viejos aparatos electrónicos se transportan ilegalmente de Occidente a los países en desarrollo. Según un nuevo informe de la ONU, la cantidad global de este tipo de residuos crecerá un 33% en los próximos cuatro años.

Para el año 2017, los desechos electrónicos en los países de África Occidental, Asia y algunos Estados latinoamericanos alcanzarán un peso equivalente a ocho pirámides de Egipto, según el informe presentado por el programa de la ONU Step Initiative y realizado en colaboración con el Instituto de Tecnología de Massachusetts.

El año pasado casi 50 millones de toneladas de basura electrónica se generaron en todo el mundo, es decir, alrededor de siete kilógramos por cada persona del planeta. Algunos productos electrónicos están compuestos por cientos de materiales diferentes, de los cuales varios contienen sustancias tóxicas como plomo, mercurio, cadmio, arsénico y retardantes de llama. Por ejemplo, una pantalla de viejos ordenadores con el tubo de rayos catódicos (CRT) puede contener hasta tres kilógramos de plomo.
Una vez en un vertedero, estos materiales tóxicos se filtran al medio ambiente, contaminando la tierra, el agua y el aire. Además, los dispositivos a menudo se desmantelan en condiciones primitivas, y las personas que trabajan en estos sitios sufren distintas enfermedades.
Al analizar la cantidad de basura electrónica que se envía a los países en desarrollo, Interpol indicó la semana pasada que casi uno de cada tres contenedores de desechos procedentes de la UE transportan residuos electrónicos ilegales. Por ello, se han emprendido investigaciones penales sobre la actividad de 40 empresas.

Aunque es legal exportar productos desechados a los países en desarrollo para que sean reutilizados o reciclados allí, muchos de ellos se están enviando a África o Asia de manera fraudulenta, según Interpol. "Muchos de estos residuos se clasifican falsamente como 'bienes usados', aunque en realidad no son funcionales. A menudo se desvían hacia el mercado negro para evitar los costos asociados con el reciclaje legítimo", dijo un portavoz, citado por el periódico británico 'The Guardian'.
Por su parte, la Agencia Europea de Medio Ambiente estima que entre 250.000 toneladas y 1,3 millones de toneladas de productos eléctricos usados se envían de la UE al extranjero cada año, sobre todo con destino al oeste de África y a Asia. "Estos productos pueden posteriormente ser procesados en condiciones peligrosas e ineficientes, perjudicando la salud de la población local y dañando el medio ambiente", dijo un portavoz de la agencia.
Según el informe de Step Initiative, que se ocupa de la creciente crisis mundial asociada a los residuos, los desechos electrónicos, que van desde frigoríficos viejos a juguetes y cepillos de dientes, representan ahora el tipo de basuras con el crecimiento más rápido en el mundo. China generó 11,1 millones de toneladas el año pasado, seguido por EE.UU. con 10 millones de toneladas de basura tecnológica. Sin embargo, cada estadounidense produjo una media de 29,5 kilógramos de estos desechos, en comparación con los menos de cinco kilógramos por persona en China.

Ruediger Kuehr, secretario ejecutivo de Step Initiative, dijo que para el 2017 la cantidad de viejos televisores, teléfonos, computadoras, monitores, juguetes y otros productos será suficiente para llenar una línea de 15.000 kilómetros de camiones de basura de 40 toneladas cada uno.
RT