El Gobierno tailandés deportó a 1 300 musulmanes rohingyas a su país de origen, Birmania (Myanmar), donde esta minoría es presa de la violencia sectaria.
El alto responsable de la Oficina de Inmigración de Tailandia, Pharnu Kerdlarpphon, ha informado este jueves que los refugiados birmanos fueron deportados entre septiembre y noviembre de 2013, bajo el control de la Organización Internacional de la Migración.
"Los deportamos siguiendo los procedimientos internacionales, pero después no tenemos la posibilidad de saber a dónde los llevan", ha afirmado Pharnu.
Las autoridades tailandesas ordenaron el traslado de los rohingyas a una provincia fronteriza llamada Ranong, ubicada en el sur, para luego entregarlos a la Policía birmana.
Activistas pro derechos humanos han criticado esta medida de Tailandia y han advertido de que los deportados podrían ser objeto de persecución ya que en su país natal no son reconocidos como ciudadanos.
Unos 800.000 musulmanes rohingyas viven en Myanmar, cuyo Gobierno los considera como inmigrantes indocumentados provenientes de Bangladés, pese a que llevan en el país varias generaciones.