Así, Francisco considera que las monjas son consagradas madres, por lo que deben ser "madres, y no solteronas".
El pontífice hizo estas manifestaciones ante 800 religiosas, pertenecientes a unas 1.900 órdenes, que han asistido a la asamblea plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) en el Vaticano.
Francisco pidió disculpas por hablar en ese tono, y dijo que "es importante esta maternidad de la vida consagrada, esta fecundidad".