El fundamentalismo religioso amenaza la enseñanza de la ciencia en América Latina, donde sus promotores realizan un fuerte activismo, aseguró el biólogo mexicano Antonio Lazcano en el archipiélago ecuatoriano de Galápagos, lugar en el que el naturalista inglés Charles Darwin desarrolló su teoría de la evolución de las especies.
Lazcano, autor del libro "El problema del fundamentalismo en América Latina", dijo en una entrevista con la AFP que hay unos 140 mil "misioneros fundamentalistas" estadounidenses en todo el mundo, pertenecientes a "iglesias creacionistas que han ejercido una labor de proselitismo extraordinaria" en la región.
"Hay una amenaza de los grupos creacionistas que se oponen al tema de la evolución", dijo Lazcano, quien participa en la III Cumbre Mundial de Evolución que se desarrolla en Puerto Baquerizo Moreno, capital de Galápagos.
El científico, invitado por la privada Universidad San Francisco de Quito, sostiene que "la mejor prueba" de que el fundamentalismo es una amenaza se observa en la manera en que la enseñanza sobre evolución "se ha visto limitada en Estados Unidos por prejuicios religiosos".
En sus estudios, Lazcano, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, estableció que el pentecostalismo -originario de Kansas (EEUU)- es la religión que crece con mayor rapidez en el mundo (500 millones de seguidores en 2009), mientras que en Brasil los evangélicos llegan a 26 millones y la oposición a la enseñanza de la teoría evolutiva es visible en algunas escuelas y comunidades.
Situaciones similares se han presentado en México, Centroamérica y en países del Cono Sur, según el también autor del bestseller "El origen de la vida", para quien el éxito de los misioneros estadounidenses es fruto de su "intolerancia religiosa", opuesta a las "tradiciones intelectuales y de apertura que caracterizan a muchas iglesias protestantes" y al propio catolicismo.
"A Darwin, lo que es de Darwin" "El problema no son las iglesias protestantes sino el fundamentalismo", es decir, "sectores religiosos ajenos a las tradiciones intelectuales", observó el científico, señalando a las confesiones anglicana, judía y católica como ejemplos de "refinamiento intelectual".
Lazcano mencionó que en Sudán profesores de biología han sido detenidos porque enseñan la teoría evolutiva, "cuando hay una tradición en el Islam muy poderosa desde el siglo XIX que la acepta".
Asimismo, resaltó la importancia de comprender los "mecanismos darwinistas" para entender ya no solo el registro fósil, sino cuestiones como la aparición de nuevos patógenos.
"Representa una embestida muy conservadora, porque no es un problema religioso o científico, sino ideológico, en donde se trata de imponer una visión de la vida, del universo, totalmente conservadora", expresó.
El académico apuntó, sin embargo, que en América Latina -mayoritariamente católica- hasta ahora no ha habido problemas con la teoría de la evolución.
"En Latinoamérica los introductores de las ideas de la ilustración fueron dominicos o jesuitas, de manera que la gente siempre ha sabido separar la religión de su descripción de la naturaleza", explicó Lazcano, quien resaltó al papa emérito Benedicto XVI, a su juicio conservador frente a temas como el aborto o el rol de la mujeres en la iglesia, pero "sofisticado" con respecto a la evolución.
Para el investigador, la clave es "garantizar la libertad religiosa y comprender que una sociedad secular, laica, es la única en la que todos caben, y eso implica la generación de una atmósfera para que la evolución biológica se convierta en elemento esencial en la enseñanza de las ciencias de la vida".
"Hay que darle a Dios lo que es de Dios, al César lo que es del César y a Darwin lo que es de Darwin", comentó.