Una fascinante carta del escritor inglés George Orwell, en la que explica la tesis principal de su aclamada novela '1984' dos años antes de escribirla, ha sido publicada como parte del libro 'George Orwell: Una vida en cartas'.
Esta es una selección de algunos de los apartes más interesantes de la epístola. La versión completa de la carta la puede leer aquí.
"Me temo que, desgraciadamente, el totalitarismo está creciendo en el mundo", dictamina el visionario escritor, quien más adelante señala que "Hitler pronto desaparecerá, pero solo a costa de fortalecer a: 1) Stalin 2) los millonarios americanos e ingleses y 3) todo tipo de pequeños 'fuhrers' al estilo de De Gaulle".
"En el mundo que veo venir, en el que dos o tres superpoderes controlarán el mundo, dos más dos será igual a cinco si el 'fuhrer' de turno así lo desea".
En su novela '1984', Orwell retrata la historia de un Londres futurista, en un estado totalitario, donde las personas han perdido toda su intimidad, sus pensamientos y sentimientos, y se encuentran dominados y controlados bajo la vigilancia constante de la figura divina del Gran Hermano, que lo ve, lo escucha y lo sabe todo. Nadie puede escapar de su obligatoria tutela, ni siquiera Winston Smith, el protagonista de la novela.
"La mayor parte de la élite intelectual inglesa se opone a Hitler, pero solo a cambio de apoyar a Stalin. La mayoría de ellos apoyan métodos dictatoriales, policías secretas y la sistemática falsificación de la Historia siempre que beneficie 'a los nuestros'".
"Pero si uno proclama que 'todo es por una buena causa' y no reconoce los síntomas siniestros, en realidad solo está ayudando a fortalecer el totalitarismo".
Al momento de escribir esta carta, Orwell se encontraba en su casa del barrio londinense de Mortimer Crescent el 18 de mayo de 1944. Dos semanas después, un misil V-1 alemán impactó esa zona, afectando varias edificaciones.
"Mientras escribo esto, seres humanos muy civilizados vuelan sobre mi cabeza tratando de matarme".
"Ellos no sienten ninguna enemistad hacia mí como individuo. Yo tampoco hacia ellos. Solo están 'haciendo su tarea', como dice el proverbio. La mayoría de ellos, no tengo ninguna duda, son buena gente y jamás cometerían un asesinato en su vida privada. Por otro lado, si alguno consigue matarme hoy, tampoco tendrá ninguna pesadilla. 'Están sirviendo a su país' y eso parece que les absuelve de todo mal".
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