Sean Doherty, Sam Allberry y Ed Shaw defienden que sentir atracción hacia otros hombres no justifica las relaciones homosexuales ni niega la verdad bíblica del matrimonio como unión entre hombre y mujer.
El debate en torno a una ley del matrimonio entre personas del mismo sexo reaparece por momentos según el ritmo político de cada país. En los últimos meses ha sido el turno de Inglaterra, donde la discusión social la está liderando el propio primer ministro, David Cameron. Por su parte, tres pastores evangélicos han lanzado un mensaje también muy claro. Han ‘salido del armario’ en la revista cristiana más leída del país con el objetivo de reivindicar que que su orientación homosexual no resta un ápice de su confianza plena en el Dios de la Biblia y en la visión del matrimonio que esta presenta: la unión de un hombre y una mujer.
Sean Doherty, Sean Allberry y Ed Shaw son cristianos, conocen en profundidad la Biblia y lideran iglesias locales (en Londres, Maidenhead y Bristol, respectivamente). El debate sobre la Ley del Matrimonio Homosexual en Inglaterra lo han vivido especialmente de cerca, por un motivo especial. Además de su fe en Dios y su identidad evangélica, los tres hombres comparten un rasgo que ahora han decidido hacer público: su atracción sexual hacia otros hombres.
Doherty, Alberry y Shaw han dado el paso al frente explicando su posición en un artículo de la edición de agosto de la revista ‘Christianity’, cuyo título se podría traducir como “Una forma diferente de salir del armario” (en inglés: “A different kind of coming out”) . Este gesto valiente ante el público general y muy concretamente ante sus propias congregaciones ha sido también un golpe de efecto. Afirman que su tendencia homosexual no afecta para nada su visión bíblica del matrimonio, y que su identidad en Cristo está por encima de sus sentimientos.
IDEAS CLARAS Y APOYO MÚTUO
Los tres líderes reconocen ser buenos amigos y han creado, junto a otros hombres con una posición similar, un grupo de apoyo para hablar abiertamente sobre cómo llevan su responsabilidad eclesial y su vida personal. “Estamos tentados a decir que nos encontramos en un bunker subterráneo en una localización no desvelada”, explican irónicamente.
Se describen como célibes (Alberry y Shaw con solteros) e incluso ‘post-gays’ (Doherty está casado y tiene tres hijos, después de enamorarse de Gaby, su actual esposa). Decidieron dejar la privacidad de sus conversaciones para marcar una posición propia que sabían que sería contracultural. Se trataba de mostrar que no todos los cristianos con orientación homosexual pasan automáticamente a reinterpretar la Biblia desde una perspectiva liberal. De hecho, creen que lo que las Escrituras dicen sobre la práctica heterosexual y homosexual es “innegociable”. Por ello, están preparando un proyecto web que se llamará “Living out”, con el que animar a otros cristianos con orientación homosexual a vivir su fe cristiana sin renunciar al evangelio.
ALLBERRY: SENTIR ALGO NO IMPLICA HACERLO
“Sigo oyendo comentarios sobre cómo los evangélicos son ‘antigays’, y a la vez oigo a amigos evangélicos que están empezando a desviarse de evangelio en este tema”, dice Allberry. “Pero nosotros [refiriéndose a sí mismo, a Shaw y a Doherty] podemos hablar desde una perspectiva personal sobre qué significa vivir con esta cuestión. Desde mi propia experiencia, quiero decir que Dios es bueno y que su Palabra también lo es. No siempre es fácil, pero la Palabra es buena”.
Siendo adolescente, Allberry se encontró con dos nuevas identidades. Por un lado, se convirtió al evangelio de Jesús; por otro, descubrió su orientación homosexual. Para él fue clave escuchar a un predicador que recordó que “todos nosotros somos pecadores en lo sexual. Habrá algunos que experimenten atracción homosexual… y si este eres tú, no estás solo”. Escuchar eso siendo muy joven, recuerda, marcó “un punto de inflexión” en su vida.
El año pasado, Vaughan Roberts, un conocido teólogo evangélico británico, autor de varios libros, también expresaba públicamente su tendencia homosexual en una entrevista publicada en “Evangelicals Now” . Para Allberry, leer su testimonio fue una motivación extra para pronunciarse también, y animar así a otros cristianos que se encuentran en una situación parecida.
La sociedad, y especialmente los medios, describirían a Allberry como un individuo reprimido que suprime su identidad sexual. Él, sin embargo, recuerda que “todos somos seres humanos caídos. No voy a asumir que mis sentimientos sean una guía totalmente confiable para vivir la mejor vida. Si comiera todo lo que me siento que debería comer, aún estaría mucho más fuera de forma de lo que ya estoy”.
Aunque tenga autoridad sobre este tema por estar viviéndolo en primera persona, Allberry procura ser sensible cuando habla con otras personas con tendencia homosexual: “No digo que para convertirse en un cristiano uno haya de dejar primero una relación homosexual en la que esté. Pero no quiero esconder nada en la letra pequeña”. En sus conversaciones, quiere ser “real sobre la enseñanza de Cristo en cuanto a la ética sexual. No puedo decir que este es un tema secundario, porque la Biblia habla de ello con una voz muy clara. Parte del llamado de Jesús es a que cada uno de nosotros deje nuestra propia versión de nosotros mismos y tomemos nuestra cruz y le sigamos”.
RECONOCIENDO LAS DEBILIDADES
La sexualidad, defiende Allberry, no se expresa sólo con relaciones sexuales. “También indicamos nuestro amor hacia personas con las que no tenemos sexo. Soy un hombre con una sexualidad masculina celebrada, no reprimida, mediante mi celibato”.
Pero pese a tenerlo claro, Allberry no tiene inconveniente en reconocer sus momentos de debilidad. Su problema principal está en la “sobredependencia” emocional de otras personas, explica. “Un muy buen amigo hombre puede convertirse en un tipo de ‘amigo-mesías’. He tenido que aprender por el camino duro dónde poner los límites cuando las amistades se han convertido en un poco demasiado intensas”.
También la realidad de que nunca va a vivir la experiencia del matrimonio ha sido algo difícil de aceptar. No envidia a amigos que están en relaciones homosexuales, pero sí “hay una parte de mí a la que le gustaría ser un marido y un padre. Conozco muy de cerca algunas familias, y puedo ver lo bueno de la vida familiar. Pero en otros momentos también te das cuenta que no todo son paseos por el parque”.
Cuando Allberry explicó públicamente a los miembros de su iglesia su situación personal, la reacción fue de apoyo total. “Las personas casi se pisaban entre sí para venir a expresarme su deseo de apoyarme y orar por mi”. Nada cambió realmente, en su congregación. Sam seguía siendo Sam.
ED SHAW: TENTACIÓN SIMILAR A HOMBRES HETEROSEXUALES
Ed Shaw creció en una iglesia evangélica y agradece que allí siempre se habló claro sobre la perspectiva de Dios en cuanto a la sexualidad. “En mi mente el buscar una relación homosexual nunca fue una opción. Aunque la experiencia ha sido muy dura, no ha sido difícil reconciliarlo con mi fe. Una de las mejores cosas que recibí de mis padres fue la comprensión de que la vida cristiana a menudo es dura y que Dios usa el sufrimiento para acabar haciéndonos más parecidos a Él”, explica Shaw.
También él vive una lucha constante, reconoce. Pero cree que “es la misma que tienen la mayoría de hombres heterosexuales: la que tiene que ver con las fantasías sexuales. Allí es dónde está mi campo de batalla”.
SER SOLTERO, PUERTA A AMISTADES PROFUNDAS
Ser un líder de iglesia que ha reconocido su orientación homosexual tiene complicaciones y puede generar desconfianza en algunas personas. Pero Ed explica que también provoca el efecto contrario: “La gente tiene esta sensación que yo sería una buena persona con la que pueden hablar, pensando ‘la vida de Ed no debe ser sencilla, así que seguro que entenderá mi problema’”, comenta con cierta ironía.
Hablando del celibato, y aplicándolo también a personas con orientación heterosexual sin pareja aunque la desearían, Shaw sí tiene una queja clara. “Uno de los errores de la sociedad es la creencia de que ‘intimidad’ es igual a ‘sexo’, y que por ello la Biblia nos está pidiendo renunciar a relaciones íntimas para llevar vidas tristes y solitarias. Eso no es verdad. La Biblia ve las amistades como una relación increíblemente íntima. Y yo tengo una capacidad más grande de tener relaciones profundas con muchas personas que la que tienen mis amigos casados”.
DOHERTY: ORIENTACIÓN HOMOSEXUAL Y ENAMORADO DE SU MUJER
El caso de Doherty choca especialmente por tratarse de un hombre con orientación homosexual, pero casado con una mujer. En un momento dado, se enamoró de una buena amiga que le apoyó durante tiempo.
“No hablo de mi mismo como un ‘exgay’, prefiero el término ‘postgay’”, explica. “Escoges alejarte de la etiqueta ‘gay’ en su totalidad, porque se ha identificado con un estilo de vida concreto. Yo claramente he experimentado algunos cambios en mis emociones y me siento atraído hacia mi mujer. Pero definitivamente no es una reorientación de 180 grados. Cada uno de nosotros seguiremos teniendo deseos y emociones que no están bien, hasta que Jesús vuelva”.
La pregunta que surge automáticamente es: ¿Qué piensa su mujer sobre el hecho de que su orientación sigue sin ser totalmente heterosexual? “En un sentido no le importa para nada. En parte porque es capaz de estar en paz con ello. Pero todas las personas casadas experimentan atracción hacia otras personas con las que no están casadas. No hay nada inherentemente peor en que este tipo de atracción peligrosa sea hacia una persona del mismo sexo en lugar de hacia una persona del sexo opuesto”.
DEBATE CANDENTE EN EL REINO UNIDO
El debate alrededor del matrimonio homosexual ha sido central en los medios de comunicación británicos en estos últimos meses. Los cristianos, especialmente los evangélicos, han sido descalificados a menudo como una minoría arraigada en el pasado e intolerante (se ha usado a menudo el calificativo despectivo “biggotted” para los que se oponen a la redefinición del matrimonio). Incluso la BBC, opinan muchos, ha perdido su famosa neutralidad decabándose claramente a favor de la nueva ley.
El debate dentro del entorno evangélico, que siempre ha estado allí, también ha crecido a pasos agigantados. Al norte, la Asamblea de la Curch of Scotland aprobaba en mayo que los reverendos homosexuales pudieran practicar relaciones gays sin necesidad de renunciar al liderazgo de sus parroquias, una decisión que recibió la contestación clara de las iglesias de teología conservadora, muchas de las cuales se plantean dejar la denominación principal de Escocia.
OTROS SE APARTAN DEL CONSENSO BÍBLICO: CHALKE Y BELL
Algunos pastores evangélicos muy populares también han salido al paso para oponerse a la visión bíblica hasta ahora generalizada.
Steve Chalke, líder del movimiento “Oasis” (organización que lucha contra la explotación sexual de mujeres, entre otras iniciativas) sorprendía en enero con un comunicado y un vídeo en el que anunciaba que había cambiado su enfoque teológico sobre matrimonio y que a partir de aquel momento promocionaría el matrimonio homosexual (de forma activa, incluso con materiales de formación para enseñar en las iglesias); para mostrar la “inclusión” que los creyentes deberían adoptar por “el amor de Jesús por todas las personas, no sólo las heterosexuales”.
Otro conferenciante de renombre, Rob Bell (estadounidense pero visitante habitual en el Reino Unido), salió unas semanas después para anunciar que también él se posicionaba “a favor de la fidelidad. Fuimos creados para el amor, bien sea se trate de un hombre y una mujer, de una mujer y una mujer, de un hombre y un hombre”.
Sin embargo, la confesión pública de Doherty, Shaw y Allberry, llevará con toda seguridad a que más líderes cristianos con orientación homosexual den una paso al frente para defender la postura bíblica, haciendo valer la idea de que la identidad que da una relación con Dios supera el valor de otras identidades, incluida la sexual.
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