Las universidades inofensivas.- El Clasicismo sustituido.- La educación y la profesión.- Reclame de la autoridad del gobierno en las escuelas.-Abolición de la enseñanza libre.- Las nuevas teorías.- La independencia del pensamiento.- Enseñanza por imágenes.
Con el fin de destruir todas las fuerzas colectivas, excepto las nuestras, suprimiremos las universidades, primera etapa del colectivismo, y fundaremos otras con un espíritu nuevo. Sus jefes y profesores serán preparados secretamente en su labor, por programas de acción secretos y minuciosos, sin poder apartarse de ellos en ningún punto. Serán nombrados con especial prudencia y en todo dependerán del gobierno. Excluiremos de la enseñanza el Derecho Cívico, así como todo lo demás que tenga relación con las cuestiones políticas.
Estas materias serán enseñadas a unas cuantas decenas de individuos seleccionados en virtud de sus aptitudes sobresalientes. Las universidades no deben dejar salir de sus aulas a esos picos de oro forjadores de constituciones como si compusieran comedias o tragedias y que se ocupan en cuestiones políticas de las que ni sus padres comprendieron jamás una palabra. El falso conocimiento que tienen los hombres de esta materia, las más veces ha dado origen a los utopistas y a los malos ciudadanos: a vuestra vista está lo que la educación general de hoy ha hecho de los Gentiles.
Hemos tenido necesidad de inyectar en su educación todos esos principios que tan brillantemente nos han servido para debilitar su orden social. Pero una vez que nos hayamos adueñado del poder, proscribiremos de la educación todas las materias de enseñanza que pueden traer el desorden, y haremos de los jóvenes, niños obedientes a las autoridades y amantes de los que gobiernan, como un apoyo y una esperanza de paz y de tranquilidad.
Reemplazaremos el Clasicismo, haciendo otro tanto con el estudio de la historia antigua que presenta más ejemplos malos que buenos para el estudio del programa del porvenir. Borraremos de la memoria de los hombres todos los acontecimientos de los siglos pasados que no nos son gratos, no conservando sino los que dan a conocer las faltas de los gobiernos Gentiles.
La vida práctica, el orden social natural, las relaciones de los hombres entre sí, la obligación de evitar los malos ejemplos del egoísmo, que siembran la semilla del mal, y otras cuestiones semejantes de carácter pedagógico quedarán en la primera línea del programa del porvenir, en la enseñanza de cada profesión, que según ella sea, será distinto, y que no generalizará la enseñanza bajo cualquier pretexto.
Esta forma de plantear la cuestión tiene una importancia particular. Cada clase social debe ser educada dentro de los límites precisos, de conformidad con el destino y el trabajo que le son propios. Los genios potentes siempre han sabido y sabrán deslizarse entre las otras clases; pero dejar entrar en clase extraña a los que pueden considerarse como valores negativos, permitirles usurpar el lugar que correspondería a otros por el nacimiento y la profesión al igual que a esos mismos genios excepcionales, es una verdadera locura.
Vosotros sabéis qué consecuencias ha tenido para los Gentiles este absurdo manifiesto. Para que el gobierno tenga el lugar que le corresponde en los corazones y el ánimo de sus súbditos, es necesario que mientras dure se le enseñe al pueblo en las escuelas y en las plazas públicas la importancia del gobierno y cuáles son sus deberes, y en qué cosas su actividad puede contribuir al bienestar del mismo pueblo. Aboliremos toda enseñanza libre.
Los estudiantes tendrán el derecho de unirse con sus padres en los establecimientos escolares, como se acostumbra hacerlo en los clubs y en los días de fiesta, los profesores darán conferencias, de las llamadas libres, acerca de las relaciones de los hombres entre sí; sobre las leyes de la imitación; sobre los malos resultados de la competencia ilimitada; en fin, sobre filosofía de las nuevas teorías que el mundo todavía no conoce.
Haremos de estas teorías un dogma y nos serviremos de ellas para atraer a los hombres a nuestra fe.
Al terminar la exposición de nuestro programa de acción en el presente y en lo futuro, os expondré las bases de esas teorías. En una palabra, sabiendo por la experiencia de muchos siglos, que los hombres viven y se dirigen por las ideas; que éstas no les son inculcadas sino por la educación impartida con igual resultado a todas las edades con procedimientos diferentes, entiéndase bien: nosotros adoptaremos y nos asimilaremos en provecho nuestro los últimos resplandores o destellos del pensamiento independiente que desde tiempo atrás venimos dirigiendo hacia las materias e ideas que nos son necesarias.
El sistema de represión del pensamiento ya está en vigor en el método llamado Enseñanza por medio de la imagen, que debe transformar a los Gentiles en animales dóciles, que no piensen, que necesiten la representación por las imágenes para comprenderlas...
En Francia, uno de nuestros mejores agentes, Bourgeois, ha divulgado el nuevo programa de educación por medio de la imagen.